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Introducción: De potencia a supervivencia
El deporte cubano, antaño orgullo y símbolo de excelencia revolucionaria, hojea su agonía bajo la carga de una grave crisis económica y estructural. Lo que fue un sistema de masividad y medallas —con el boxeo y la lucha como pilares— hoy muestra instalaciones deterioradas y fuga masiva de talentos. Además, los resultados avergüenzan hasta a sus leyendas.
La base del colapso: infiernos cotidianos para los atletas
Falta de insumos básicos: Pelotas desinfladas, redes rotas, gimnasios sin electricidad. El INDER no puede garantizar ni lo elemental, desde transporte hasta uniformes.
Alimentación en crisis: La dieta especializada, que fue clave en la época dorada, es un privilegio hoy extinto. Muchos deportistas sufren déficit calórico durante sus entrenamientos.
Infraestructura en ruinas: La Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético (ESPA) y otros centros emblemáticos reflejan abandono sistémico y deterioro progresivo.
La diáspora deportiva: éxodo de talentos
Cifras alarmantes: En 2023, más de 200 atletas de alto rendimiento abandonaron Cuba, según fuentes extraoficiales. Esto incluye medallistas juveniles del béisbol y atletismo.
Entrenadores en fuga: La salida de técnicos, particularmente en boxeo, ha quitado calidad. También, afecta la continuidad a la formación de nuevas generaciones.
París 2024: el reflejo más crudo de la decadencia
Cuba terminó en 32° lugar del medallero, la peor posición desde Roma 1960. Logró solo 2 oros frente a los 9 de Tokio 2021.
Boxeo: El «buque insignia» ganó solo una medalla de oro, gracias a Erislandy Álvarez en los 63,5 kg.
Atletismo: Sin podios olímpicos por primera vez desde México 1968.
Lucha: 3 bronces, una plata y el histórico quinto oro olímpico del pentacampeón Mijaín López en Greco-Romana.
Mijaín López: la voz de la experiencia y la urgencia
El pentacampeón olímpico resumió cruda y contundentemente su visión en entrevista con AFP: «Sin profesionalización y apertura a patrocinios, Cuba seguirá siendo un fantasma en el deporte mundial». Su frase expresa una paradoja dolorosa: el sistema que lo llevó a la gloria ahora asfixia a sus sucesores.
Conclusión: ¿Existe salvación para el “deporte revolucionario”?
El gobierno mantiene un modelo cerrado y centralizado. Mientras tanto, las soluciones como la profesionalización, la inversión privada y la retención de talentos se topan con barreras ideológicas. El tiempo corre en contra; cada día Cuba pierde terreno frente a rivales regionales como Brasil y México. La pregunta no es si el declive continuará, sino cuánto quedará por rescatar cuando llegue la hora de despertar.
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